
Saber perder es más difícil que saber ganar porque cuando uno gana se siente feliz nada más saberlo porque piensa que tiene suerte, pero !ay si pierdes¡, si es la primera vez uno se enfada y se pone con un humor de perros que no es capaz de quitárselo nadie hasta que vuelve a jugar y gana. Voy a poner un ejemplo: estoy jugando con mi prima a las cartas y le gano. Puede que tenga dos reacciones: 1ª Que diga: -¡No tengo ganas de jugar!- y se vaya a otra parte. U otra que es esta: ¡Has echo trampa porque esa carta era un siete, no un seis! o ¿Me has estado mirando las cartas y por eso me has ganado! Pero en cualquiera de los casos se pone de mal humor y no me habla hasta un par de horas más tarde. Por saber perder es más difícil que saber ganar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.